viernes, 6 de septiembre de 2013

Capítulo 5 - La lucha contra los clones

Andrew y Chloe estaban comiendo junto a Blake y Troy. Habían estado un rato más hablando y habían acabado por hacer buenas migas.
La verdad era que ninguno de los dos hermanos se callaban, pero eran divertidos y simpáticos.
Chloe se reía especialmente con Blake. No sabía por qué, pero cada vez que lo veía se sonrojaba y su corazón empezaba a latir fuerte. Bah, serían nervios, era ella muy tímida.
En ese momento, sonó una campana y Andrew desvió la mirada hacia ella.
-¡PFFF! -Escupió la coca-cola que llevaba en la boca, con tan mala suerte que empapó a Chloe.
-¡Andrew! -protestó ésta. Su pelo chorreaba coca-cola.
-¡Lo siento! Pero, ¿la has visto? ¡Está flotando! ¡Una campana flotante no se ve todos los días!
Chloe gruñó y miró a Troy, que dijo:
-Tranqui, yo lo arreglo.
Hizo un gesto con el brazo, como si estuviera haciendo un baile, y chasqueó los dedos. Chloe se palpó el pelo y se tocó la ropa: estaba como nueva.
-Gracias.
Troy negó con la cabeza, como diciendo: <<No me des las gracias>>, y miró en dirección a la campanita.
Una señora un poco mayor había aparecido como por arte de magia. Aunque, claro, estando en Spelway eso no sonaba tan raro. Empezó a hablar:
-¡Buenos días a todos! Os quería anunciar que hoy tendremos unas pruebas de magia especiales para los novatos, que tendrán la oportunidad de tener sus propias gemas de poder. -Miró a Andrew y a Chloe, aunque estos no se dieron cuenta-. No os las podréis saltar; de lo contrario, perderéis vuestros poderes. Os deseo mucha suerte a todos...
Un polvo rosa claro la rodeó y desapareció.
-¿Y ésa? -preguntó Andrew, refiriéndose a la señora.
-Es... como, digamos, la directora de la academia de magia. Es la más poderosa de las cuatro ciudades y nunca nadie se ha atrevido a contradecirla.
-¿Y qué es ese tema de las gemas?
Troy y Blake se pusieron pálidos de pronto. Las expresiones de su cara se volvieron más graves y serias.
-Esas gemas son muy difíciles conseguirlas. Sólo existen tres finales para los participantes: que consigan las gemas, que pierdan sus poderes o que se mueran. Y, lo peor, es que vosotros tenéis que participar.
Andrew y Chloe se miraron. Ellos también se habían puesto pálidos.
-¿Cuándo... cuándo son? -preguntó Chloe con la voz temblorosa.
-Dentro de una semana -dijo Troy mientras se levantaba, dispuesto a irse a su habitación.
-Sssííí... Buena suerte -dijo Blake y siguió a su hermano.
-Ya es hora de irse, chicos. Las clases empiezan en media hora y querréis prepararos -les avisó una asistenta del comedor-. ¿Os puedo dar un consejo? Practicad con vuestros poderes todos los días siempre que os sea posible. Y, cuánto más, mejor, resistiréis más en la prueba.
Andrew levantó la vista para mirar a la asistenta a la cara y vio que tenía los ojos violetas, igual que la directora de la academia.
Ésta le guiñó el ojo y Andrew supo que estaba en lo cierto.
-¿Por qué nos ayuda? -preguntó, curioso.
-Sois muy importantes en Spelway, querido, y tenéis unos poderes mucho más poderosos de lo que todos, e incluso vosotros, creéis. Es importante que sigáis vivos pase lo que pase. Aunque no lo sepáis, estaré con vosotros en todo momento y os ayudaré, si es necesario.
Chloe se iba a girar para pedirle explicaciones, pero la anciana ya se había ido. No tuvo tiempo de protestar, porque Andrew la cogió del brazo y la arrastró hacia su habitación.
Entraron y se tumbaron en las literas.
-Oye, todo esto es muy confuso. En menos de tres días hemos pasado de ser unos chicos normales a tener poderes mágicos y a vivir en una ciudad mágica. ¿No te parece?
Andrew se reclinó en su litera, como si intentara mirar a Chloe.
-Sí, la verdad, pero ya no hay vuelta atrás. Tenemos que intentar conseguir las gemas esas raras y aprender a usarlas, será lo mejor.
Chloe asintió, aunque Andrew no podía verla.
-¿Llamamos a Blake y a Troy para los entrenamientos? -sugirió Chloe, que se había vuelto a ruborizar levemente al pronunciar el nombre de Blake.
-Vale. Yo aún no sé muy bien qué poderes tengo y creo que me harán falta en la prueba.
Llamaron a los dos hermanos, que aceptaron, encantados, y se fueron al centro de Spelway. Troy y Blake les iban a llevar a una zona que estaba abandonada desde hacía mucho tiempo, por si causaban destrozos.
Llegaron en poco tiempo gracias al poder de Chloe, aunque no todas habían salido bien. En una ocasión habían acabado en la copa de un árbol (bajar había sido toda una aventura), en otra habían acabado en un tejado y en otra, habían aparecido en mitad de la cocina de un restaurante.
Pero, por fin, habían llegado a las ruinas de Nelway, lo que había sido la ciudad más importante de las cuatro ciudades antes de que la guerra mágica empezara.
Por entonces, Spelway aún no existía. La habían construido después de la guerra.
-¿Dónde estamos? -preguntó Chloe, maravillada. Siempre le habían gustado las ruinas y la arqueología.
-Esto era Nelway... Fue destruida en la guerra más... violenta que ha habido aquí. Esto es todo lo que queda de ella... Piedras derrumbadas con moho y rodeadas de bosque y de animales.
Ni Andrew ni Chloe preguntaron nada más.
La primera en empezar a practicar fue Chloe. Se teletransportó varias veces. Le salía bien. Intentó teletransportar algunas rocas que habían por allí. La mayoría de veces casi acabó en desastre.
Andrew luchaba contra Troy.
-¿Y vosotros pasasteis las pruebas de las gemas? -le dijo Chloe a Blake, mientras intentaba elevar una piedra.
-Sí, la mayoría lo tenemos que hacer al principio de todo -le explicó Blake.-Oye, yo creo que tal vez tengas más poderes. Vamos a intentarlo. Te voy a lanzar una piedra, haz lo que puedas para protegerte.
-Eh vale -aún no había acabado de terminar la frase cuando Blake ya estaba lanzándole una pequeña piedra.
Pensó en teletransportarse, pero no. No sabía que hace, solo pensaba en protegerse. Apretó los puños y cerró los ojos, esperando recibir un golpe en la cara, pero no pasó nada.
Los abrió lentamente y se fijó que delante de ella había algo así como un escudo.
-Wow -Troy apartó la vista de lo que estaba haciendo y recibió un golpe de Andrew.
-Perdona -se disculpó Andrew.
-No te preocupes.
Blake se quedó pensativo.
-¡Ya sé como ayudarte a fortalecer lo de los escudos! -exclamó Blake.-Será muy divertido, ya verás.
Blake hizo aparecer una pistola de agua de la nada y se puso en posición para empezar a disparar hacia Chloe.
-¿Podrás defenderte?
-Sí. Vamos, al menos creo qu...
No tuvo tiempo de terminar la frase; Blake le había disparado y la había empapado de pies a cabeza.
-Tienes que estar atenta, es el primer paso para crear un escudo fuerte -dijo Blake mientras se encogía de hombros.
Chloe se sintió furiosa y usó sus poderes para lanzarle piedras pequeñas.
-¡Vale, vale, vale! ¡No lo volveré a hacer! ¡Te lo prometo!
-Hum... Así me gusta más -afirmó.
Se pusieron manos a la obra.
                                                                             *****
La semana transcurrió sin problemas. Andrew y Chloe cada vez sabían controlar mejor sus poderes. Estarían bien entrenados para la prueba.
Faltaba tan solo un día y los dos estaban nerviosos. Sabían perfectamente que los dos podían morir fácilmente y la idea les aterraba.
Andrew se dejó caer en la cama, agotado. Siempre entrenaba hasta que sus poderes se quedaban al límite y hasta que él se cansaba.
Pensó en la prueba y en la anciana que le había hablado una semana atrás. Ojalá estuviera en lo cierto.
Se durmió en un abrir y cerrar de ojos.
Mientras tanto, arriba, Chloe, como todas las noches, pensaba en su padre, en su casa en Londres, en Spelway y en sus poderes. ¡Cómo había cambiado todo en menos de dos semanas!
Se dio media vuelta. No tenía nada de sueño y, además, estaba un poco incómoda. Probó a cambiar de posición.
Pensó que mañana iba a necesitar toda su energía y cerró los ojos, dispuesta a dormir de un tirón y a reponer energía.



Al día siguiente, Andrew y Chloe se despertaron bastante tarde. Eso era raro, normalmente les despertaban sobre las ocho y a las nueve tenían que estar entrenando.
Andrew miró el reloj deportivo que llevaba en la muñeca: eran las once y cuarto. ¿Dónde estarían todos los demás?
Chloe bajó por la escalerilla de la litera para unirse a Andrew.
-¿Tienes idea de qué pasa? -le preguntó éste, enseñándole la pantalla de su reloj-. ¡Tendrían que habernos despertado hace rato!
Chloe se encogió de hombros.
Los dos salieron fuera de la habitación y vieron que allí tampoco había nadie. Decidieron ir a las ruinas. Blake y Troy estarían allí fijo.
Para no perder tiempo, Chloe teletransportó a los dos. Llegaron en un abrir y cerrar de ojos.
Andrew dejó escapar un suspiro de alivio al ver que todos estaban allí. La ciudad entera de Spelway estaba dividida en cuatro partes, el equipo rojo, el azul, el verde, y el amarillo, y coreaban los nombres de las personas que formaban su equipo.
-¿Cómo no los hemos oído antes? -dijo Chloe, mientras parpadeaba una y otra vez, perpleja.
-No tengo ni idea, pero me extraña.
La gente gritaba tanto, que los dos hermanos pensaron que hasta los estarían oyendo en Myuway, la ciudad más cercana a Spelway.
-¡Oh, ya estáis aquí! -les sorprendió una voz por detrás. Chloe se giró, sobresaltada y vio que les había hablado una señora.
-¿Quién es usted? -preguntó-. Nunca la había visto por aquí.
La anciana sonrió y a Andrew le encajó todo. Tenía la misma sonrisa, la misma voz...
-Es usted. La asistenta del comedor del otro día, la directora de la academia.
La anciana lo miró, con los ojos cansados, y le dirigió una sonrisa.
-Eres listo, muchacho. Sí, soy yo. Os dije que procuraría que siguieráis vivos y lo voy a cumplir, aun así, tened muchísimo cuidado. Puede que tengáis al enemigo delante vuestra y que no os deis cuenta. Ahora tengo que irme a presentar la competición, hasta luego.
Chasquó los dedos y desapareció. Andrew y Chloe se miraron, confusos, y fueron a mezclarse con el grupo de gente que había a los pies del pequeño escenario.
-Señoras y señores, bienvenidos a las pruebas de las gemas del poder -dijo la voz de un joven en el escenario-. Os agradecemos que hayáis venido a ver las pruebas y os deseamos mucha suerte, participantes. Ya sabéis que, o ganáis, o morís. Así que, tened muucho cuidado. La primera prueba es de luchar contra vosotros mismos. Es decir, lucharéis contra vuestro clon. -La expresión de su cara se puso más grave-. Os deseo mucha suerte, porque mucha gente ha muerto en esta prueba.
Dio un par de palmadas y los participantes del concurso desaparecieron.


Andrew y Chloe aparecieron en un sitio un poco peculiar. Estaba todo oscuro y solo se veían las muertas ramas de los árboles sin hojas. Daba un poco de miedo.
Andrew intentó darle la mano a Chloe, para no perderla de vista, pero no se veía nada. Se dio cuenta de que estaba solo en mitad de aquel rastro de muerte.


Chloe, en cambio, se vio rodeada de luz. Los árboles y las plantas también estaban muertos, pero el sol brillaba con mucha intensidad. Con tanta, que casi pensó que se iba a quemar la piel.
Se levantó del suelo y, sudando sin parar, dio una vuelta sobre si misma para ver si Andrew estaba por allí.
Vio movimiento entre los arbustos y, decidida, avanzó un par de pasos.
Pero no volvió a pasar.
Alguien carraspeó a su espalda y Chloe se dio la vuelta rápidamente para ver quién era.
Ahogó un grito de sorpresa.


Mientras, Andrew ya estaba luchando contra su clon. Éste era más rápido y fuerte y controlaba mejor sus poderes.
Pero Andrew estaba dispuesto a luchar. Más que nada, para que Chloe no estuviera sola si ganaba la competición.
Recordó los entrenamientos con Troy, buscando alguna técnica que le hiciera ganar, pero el clon siempre adivinaba sus intenciones.
<<Normal>>, pensó, <<¿Acaso no somos la misma persona?>>.
Esquivó el puñetazo que iba directo a su mejilla y se puso en guardia. Esta vez tenía que atacar como fuera.
Perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta de que el clon había vuelto a atacar y le acertó en plena cara.
Andrew salió volando por los aires y aterrizó en la hierba, que, sorprendentemente, estaba fresca y viva.
Dio en la hierba con los puños, maldiciendo el ataque y al doble y se volvió a levantar, rebosante de ira que exigía ser liberada.
De pronto, empezó a ver mejor en la oscuridad. Distinguía los árboles, que seguían igual de muertos, las rocas y alguna que otra ruina.
Un humo de color ocre empezó a rodearle. Se sintió más poderoso y fuerte, y fue entonces cuando decidió atacar. Con una velocidad increíble fue hacia su otro yo y le dio un puñetazo en la mejilla.
El doble salió volando por los aires y Andrew esbozó una pequeña sonrisa de victoria.


Chloe se había quedado de piedra al ver que la persona que tenía delante era... ¡ella misma! Sorprendida, dio un paso atrás para alejarse un poco, pero el clon avanzó.
-¿De qué tienes miedo, Chloe? -le preguntó éste-. ¿De perder contra ti misma? -dijo y soltó una carcajada que sonaba a malvada.
Chloe decidió aprovechar la situación para lanzarle una piedra, para ver si le daba y se desmayaba.
Pero su doble cogió la piedra y apretó fuerte.
Se oyó una especie de "crac" y Chloe vio, aterrada, cómo la piedra caía pedazo a pedazo hasta el suelo.
-Te iba a dejar ganar, pero ahora jugaré duro, tú misma te lo has buscado.
Con el dedo índice, la doble señaló varias piedras y éstas empezaron a flotar.
Señaló entonces hacia la verdadera Chloe y las piedras fueron hacia ella rápidamente.
Chloe evocó un escudo y las piedras repiquetearon en él.
Bajó las manos, cansada, y el escudo desapareció.
-¿Ya estás cansada? Eres tan frágil y débil... Acabaré contigo antes de que te des cuenta.
-¿Frágil... y débil? -repitió Chloe, despacio. Ella no era así. Ella había luchado por todo lo que había querido. Ella no era la típica chica con miedo a que la insultaran. Siempre se defendía, a ella y a los demás. Cuando insultaban a alguna persona, ella siempre salía a defenderla, aunque no la conociera.
Un humo de color rosa chicle la empezó a rodear. Estaba furiosa y parecía que el clon lo sabía, porque retrocedió. Empezó a correr cada vez más deprisa para intentar escapar, pero era demasiado tarde.
Chloe usó sus poderes para levantar el tronco de un árbol que había por allí y se lo tiró encima. La doble se quedó atrapada, sin poder hacer nada. Forcejeaba sin parar, haciendo que el cuerpo le doliera.
Chloe se acercó a ella y tiró una piedra. Sabía que al fin y al cabo no iba a pasar nada, solo era un clon, una ilusión que parecía demasiado real...
Todo empezó a brillar con intensidad y la imagen de ese lugar empezó a dar vueltas y vueltas...


1 comentario:

  1. OMG! Lo de los clones ha sido impresionante, en serio.
    Haber que pasa ahora!!
    Besitos :)

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